jueves, 16 de septiembre de 2010

Esa brisa

Como una tormenta de fuego se volvió hacia mi decidida a quemarme viva, su rostro prendido en llamas me decía que iba arder en lo más profundo de los infiernos.
Pero luego, el fuego se apagó, las lágrimas que caían de su rostro me mostraban realmente el por qué de toda esa ira desatada .. y yo ahí, estática, sin poder mover un musculo de todo mi cuerpo, solo la veía transformarse en todo aquello que nunca quiso ser pero era…
Creí que todo había terminado pero antes de que el fuego me hiciera arder; antes de que el agua pudiera ahogarme .. todo su cuerpo comenzó a tornarse poco visible y su rostro me demostró dolor, un dolor que paso a paso se enredaba en si mismo sin dejarme entender su causa y asi la tormenta paso hacer huracán .. uno enorme que arrasó con cada cosa que se le interponía en el camino, creí que era mi fin … asi que me quede ahí, petrificada, sin poder decir nada, solo observe con atención lo que estaba sucediendo, y como poco a poco el huracán cesaba y al llegar a mi sólo era viento, parecía esa típica brisa de verano que no arde, no ahoga y no me tumba… pero que me hace quedarme quieta y moviliza mi mundo por algunos segundos . . .